El Gobierno consuma la fractura por el ‘sí es sí’ pero Irene Montero resiste: «Vamos a seguir trabajando»
La ministra de Igualdad, Irene Montero, defendió el pasado febrero que no se iría del Gobierno pese a la decisión del PSOE de reformar, en contra de su criterio, la ley del ‘solo sí es sí’ porque su obligación era seguir dando la batalla hasta el final para impedir que la iniciativa saliera adelante en los términos planteados por el Ministerio de Justicia. No lo ha logrado. La norma llegó este jueves al final de su tramitación en el Congreso, después de que los socialistas rechazaran todas las enmiendas planteadas por Podemos, ERC y EH-Bildu y aceptaran en cambio cinco retoques del PP para amarrar su apoyo. Pero ella seguirá en su puesto.
La también dirigente podemista, que el pasado 7 de marzo, durante el debate de toma en consideración de la propuesta que corrige la reforma penal de su ley estrella, optó por limitarse a presenciar desde su escaño las intervenciones de todo los grupos y se mostró incapaz de contener las lágrimas, decidió esta vez subir a la tribuna para defender su postura y lanzar una advertencia: «Nos quedamos en minoría, pero vamos a seguir trabajando que es lo que sabemos hacer las feministas -dijo-, seguir adelante».
La ministra argumentó que pese al «retroceso» que supone la ley socialista («y precisamente por él») ahora toca «acelerar» el desarrollo de toda la parte de la ley que sigue viva, especializar la justicia, aprobar partidas presupuestarias para garantizar la asistencia gratuita de las víctimas, formar a quienes operan con ellas y crear centros de cercanía donde puedan ser atendidas psicológica y jurídicamente.
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La aprobación de la reforma en la Cámara baja -de la que se ausentó Pedro Sánchez- consuma en la práctica una fractura visible en el Gobierno y en el bloque de coalición. Incluso en el seno de Unidas Podemos. Yolanda Díaz ya dejó claro que no compartía el voto en contra de los morados, aunque tanto en marzo como hoy votó junto a su grupo. En esta ocasión lo hizo telemáticamente porque no estaba claro que fuera a llegar a tiempo de su reciente viaje a Nueva York para intervenir ante la ONU. Pero aun así, asistió finalmente al pleno, dicen en su equipo que para mostrar su apoyo a la ministra.
Lo cierto es que todo transcurrió hoy en un tono mucho más sereno que el de hace mes y medio, cuando desde la tribuna la portavoz de Podemos, Lucía Muñoz, lanzó durísimas criticas contra el PSOE, lo acusó de «traición» a las mujeres y los situó dentro del «puñado de fascistas que quieren volver al silencio y a la culpa» de las mujeres agredidas. Lo que no quiere decir que no hubiera dardos cruzados en el bloque progresista.
«Costó muchos años de lucha feminista, de trabajo en Gobierno y en el parlamento, poner el consentimiento en el centro y la reacción a esta ley ha provocado una vuelta atrás de años hasta el punto de volvemos a oír a sectores del poder judicial, político y mediático que el consentimiento siempre estuvo en el centro. Estamos volviendo a escuchar que es el consentimiento es un teatro, lo ha dicho el autor de esta ley», recriminó Montero al PSOE. «Somos el primer país que, después de cumplir convenio de Estambul da marcha atrás, a dos meses de presidencia europea y justo el momento en el que España tenía que estar a la vanguardia en el cumplimiento».
También ERC y Bildu argumentaron que una ley que cuenta con el apoyo del PP no puede ser una ley que avanza en los derechos de las mujeres y recriminaron a los socialistas que modifiquen con el primer partido de la oposición una norma pactada con su socio de coalición. «No es una prueba de lealtad, de respeto y de buen gobierno. Me parece que es más que evidente. ¿Son conscientes? ¿Tres años machacando con que el PP es antifeminista y ahora les compran la reforma?», espetó la republicana Pilar Vallugera.
«Hoy esta reforma permitirá que una sentencia como la de ‘la manada’ vuelva a producirse. Hemos intentado todo para preservar el corazón de esta ley. Hemos mantenido diálogo y conversaciones con el Ministerio de Igualdad y Justicia con profesionales y expertos para buscar una solución. Y no lo conseguimos por la negativa rotunda del PSOE, sabedores de que ya tenían el apoyo del PP», reprochó también la diputada de Bildu, Bel Pozueta.
Acuerdo« excepcional»
La portavoz de Igualdad del PSOE, Andrea Fernández, insistió una vez más en que su propuesta no «toca el consentimiento» y defendió el paso dado por su partido tras centenares de revisiones de condena a la baja para agresores sexuales en aplicación de la ley del ‘sí es sí’. «Hablaremos y hemos hablado con quien sea necesario para arreglar este asunto. Estamos encantados de tenerles a ustedes en este acuerdo. No hay humillación en trabajar en beneficio de la mayoría, en trabaja en la igualdad desde la construcción de consensos sólidos y amplios. La pena es que esto sea lo excepcional y no lo habitual», dijo al PP.
Los socialistas, sin embargo, también tratan de minimizar su entendimiento con el principal partido de la oposición. Alegan que las enmiendas pactadas son meramente «técnicas», que solo ellos han liderado una propuesta seria y rigurosa (aunque el PP presentó en diciembre un texto muy parecido al que ahora se aprueba) y que han rechazado la mayoría de sus sugerencias porque «no aportaban». Fernández aprovechó además su intervención para reiterar que la ley del sí es sí es, en su conjunto, una «buena ley». Y cargó contra los populares por boicotear su aplicación en lugares como Castilla y León donde, adujo, se han negado a utilizar fondos europeos para a la construcción de uno de los centros de atención a las víctimas que contempla la normativa.
Por el PP, su secretaria general, Cuca Gamarra, tampoco se ahorró reproches al PSOE y, singularmente, al Pedro Sánchez. Se mostró convencida de que su rectificación no se debe a una cuestión moral sino electoral. Cuestionó la sinceridad de su reciente petición de perdón a las víctimas. Reprochó que cuando ya se conocían los primeros casos de rebajas de condenas y excarcelaciones de agresores la prioridad del Gobierno estuviera en derogar la sedición y abaratar la malversación. Y criticó que no haya habido dimisiones. «Lo que ha estado ocurriendo es el peor ejemplo de lo que es la política», dijo.
Gamarra defendió sin embargo su decisión de apoyar a los socialistas. «Se ha puesto de manifiesto que hay otra política perfectamente posible y para adultos -dijo- Hemos negociado, pactado y llegado a un texto que defiende la confianza en esta Cámara. Estamos dispuestos a devolverles la confianza en la política y de mirar a las mujeres a los ojos y decirles que lo hemos hecho por ellas y lo volveríamos a hacer».
El PP no ocultó que recibe esta reforma como una victoria y todo su grupo parlamentario aplaudió en pie el resultado de la votación. 233 votos a favor (PSOE, PP, Cs, PNV, PDeCAT, CC, PRC o Teruel Existe) 54 en contra (Podemos, ERC y Bildu, Más País y Compromís) y 4 abstenciones, de Junts. Vox, en contra tanto de la ley original como de su modificación, no votó.
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