El horrible doble crimen de la parcela 173 de Los Yesos
José Acosta era dueño de un cortijo de Sorvilán con una humilde edificación de poco más de 50 metros cuadrados. En aquella finca rústica, ubicada junto a la A-7, en la parcela 173 del polígono 8, poseía un invernadero plantado de pepinos. El hombre cultivaba bajo plástico y entregaba la cosecha habitualmente a una corrida de Castillo de Baños. Cobraba semanalmente la recaudación, normalmente los primeros días de cada semana. De sus transacciones económicas eran conocedores sus más íntimos: su familia; su expareja, una mujer vecina de Castell de Ferro con la que había mantenido una relación tiempo atrás; y su actual compañera sentimental, Carmen Jiménez, de 47 años, que había sido concejala del PP en ese tranquilo municipio de la Costa granadina.
José, de 61 años, comenzó a sentirse intranquilo meses atrás. En diciembre de 2021, dos jóvenes del pueblo, uno de ellos hijo de su anterior pareja, le quitaron su furgoneta y le exigieron 3.500 euros para recuperarla. Una presunta extorsión a la que José accedió para recuperar su vehículo.
El 25 de febrero, aquellos dos jóvenes, llamados Cristian G. S. y Daniel B. C., de 20 y 30 años, respectivamente, volvieron a actuar. En esa ocasión llegaron a su cortijo acompañados de otros jóvenes veinteañeros de origen magrebí. Se trataba de dos marroquíes que vivían de okupas en una casa de la calle Barranquillo de Castell de Ferro. Los cuatro, presuntamente, le amenazaron con «una pistola» y «un machete de grandes dimensiones» para robarle. Le llegaron a decir, supuestamente, que iban a pegarle «un tiro» y le condujeron a un cajero para que sacara el dinero que tuviera. Pero José no tenía saldo. Ante ello, según figura en el sumario del caso, se llevaron de la casa una televisión y «cuatro kilos de cogollos de marihuana» que hallaron en la finca, un detalle que se reseña en las diligencias de la Guardia Civil.
El crimen del barranco de Los Yesos
Se llevaron la furgoneta de una de las víctimas
del crimen, José y le pidieron 3.000 euros por su devolución
Dos vecinos de Castell y dos chicos magrebíes asaltan el cortijo en el que viven José y Carmen, y, tras llevarse retenido al varón a un cajero, sustraen un televisor de la vivienda
José y Carmen sufren un robo en el cortijo del que sustraen 2.000 € que estaban bajo el colchón y 700 u 800 € de la mujer, además de ropa, calzado y perfumes
Los hechos
Sobre las 19.00h se bajan de un vehículo, en las inmediaciones del cortijo, cuatro individuos con ropa oscura, pasamontañas y guantes
Lugar en el que se bajan del vehículo
Cortijo de
las víctimas
Cuando llegan a la vivienda descubren que está vacía y aprovechan para registrarla; no encuentran nada y esperan a las víctimas escondidos en la casa
Unos 40 minutos después de llegar los asaltantes viene José, una de las víctimas, a la vivienda en su furgoneta, mientras los atacantes se encuentran escondidos
Los asaltante abordan a José y lo meten dentro de la vivienda, lo atan de pies y manos y comienzan a golpearle.
Entre 5 y 15 minutos después llega a la vivienda Carmen, la otra víctima. También la amordazan, aunque a ella no le golpean. La atan a una silla y la maniatan de espaldas a José
Durante un período no inferior a tres horas, torturan a José para que les diga dónde está el dinero que los asaltantes creen que tiene. Como no hay dinero, el enfado de los asaltantes se dispara
Acaban con la vida de José en el baño y después con la de Carmen en el mismo sitio. Luego los envuelven con ropas de cama y los introducen en la furgoneta de José. Limpian la casa con trapos, toallas y lejía y se llevan como botín un aire acondicionado portátil
Sobre las 0.00h, los asaltantes abanadonan la finca montados en los vehículos de las víctimas con los cuerpos en la furgoneta. Buscan un lugar donde deshacerse de los cadáveres
Toman dirección contraria al pueblo y hacia la montaña. Aproximadamente a un kilómetro de la finca, lanzan los cadáveres a un barranco y se dirigen a Castell
Lugar en que encontraron los cadáveres
Cortijo de
las víctimas
A la mañana siguiente un vecino localiza los cuerpos de José y Carmen y avisa a la Guardia Civil, que los encuentra semidesnudos y con evidentes signos de violencia
Oculta entre unas rocas aparece una bolsa de basura con un machete de grandes dimensiones, arma usada en la doble ejecución, un arma artesanal en forma de tubo y otro machete
En unos contenedores ubicados en la entrada de la pedanía de los Casarones, en Rubite, encuentran unas sábanas y un edredón supuestamente empleados para trasladar los cadáveres
Los móviles y la documentación de la pareja son hallados en otra bolsa de basura en el Castillo de Castell y los vehículos de las víctimas, en las inmediaciones de la rotonda Emilio Barranco de Castell
Uno de los detenidos, en situación irregular en España y con expediente de expulsión del país, llevaba una pulsera de control por violencia de género que lo sitúa en el cortijo entre las 18.52 y las 00.40 horas; en el barranco entre las 00.40 y y las 01.10; y, finalmente, sobre las 01.25 horas en el lugar donde aparecen los vehículos de la víctimas
El crimen del barranco de Los Yesos
Se llevaron la furgoneta de una de las víctimas
del crimen, José y le pidieron 3.000 euros por su devolución
Dos vecinos de Castell y dos chicos magrebíes asaltan el cortijo en el que viven José y Carmen, y, tras llevarse retenido al varón a un cajero, sustraen un televisor de la vivienda
José y Carmen sufren un robo en el cortijo del que sustraen 2.000 € que estaban bajo el colchón y 700 u 800 € de la mujer, además de ropa, calzado y perfumes
Los hechos
Sobre las 19.00h se bajan de un vehículo, en las inmediaciones del cortijo, cuatro individuos con ropa oscura, pasamontañas y guantes
Lugar en el que se bajan del vehículo
Cortijo de
las víctimas
Cuando llegan a la vivienda descubren que está vacía y aprovechan para registrarla; no encuentran nada y esperan a las víctimas escondidos en la casa
Unos 40 minutos después de llegar los asaltantes viene José, una de las víctimas, a la vivienda en su furgoneta, mientras los atacantes se encuentran escondidos
Los asaltante abordan a José y lo meten dentro de la vivienda, lo atan de pies y manos y comienzan a golpearle.
Entre 5 y 15 minutos después llega a la vivienda Carmen, la otra víctima. También la amordazan, aunque a ella no le golpean. La atan a una silla y la maniatan de espaldas a José
Durante un período no inferior a tres horas, torturan a José para que les diga dónde está el dinero que los asaltantes creen que tiene. Como no hay dinero, el enfado de los asaltantes se dispara
Acaban con la vida de José en el baño y después con la de Carmen en el mismo sitio. Luego los envuelven con ropas de cama y los introducen en la furgoneta de José. Limpian la casa con trapos, toallas y lejía y se llevan como botín un aire acondicionado portátil
Sobre las 0.00h, los asaltantes abanadonan la finca montados en los vehículos de las víctimas con los cuerpos en la furgoneta. Buscan un lugar donde deshacerse de los cadáveres
Toman dirección contraria al pueblo y hacia la montaña. Aproximadamente a un kilómetro de la finca, lanzan los cadáveres a un barranco y se dirigen a Castell
Lugar en que encontraron los cadáveres
Cortijo de
las víctimas
A la mañana siguiente un vecino localiza los cuerpos de José y Carmen y avisa a la Guardia Civil, que los encuentra semidesnudos y con evidentes signos de violencia
Oculta entre unas rocas aparece una bolsa de basura con un machete de grandes dimensiones, arma usada en la doble ejecución, un arma artesanal en forma de tubo y otro machete
En unos contenedores ubicados en la entrada de la pedanía de los Casarones, en Rubite, encuentran unas sábanas y un edredón supuestamente empleados para trasladar los cadáveres
Los móviles y la documentación de la pareja son hallados en otra bolsa de basura en el Castillo de Castell y los vehículos de las víctimas, en las inmediaciones de la rotonda Emilio Barranco de Castell
Uno de los detenidos, en situación irregular en España y con expediente de expulsión del país, llevaba una pulsera de control por violencia de género que lo sitúa en el cortijo entre las 18.52 y las 00.40 horas; en el barranco entre las 00.40 y y las 01.10; y, finalmente, sobre las 01.25 horas en el lugar donde aparecen los vehículos de la víctimas
Antecedentes
Se llevaron la furgoneta de una de las víctimas
del crimen, José y le pidieron 3.000 euros por su devolución
Dos vecinos de Castell y dos chicos magrebíes asaltan el cortijo en el que viven José y Carmen, y, tras llevarse retenido al varón a un cajero, sustraen un televisor de la vivienda
José y Carmen sufren un robo en el cortijo del que sustraen 2.000 € que estaban bajo el colchón y 700 u 800 € de la mujer, además de ropa, calzado y perfumes
Los hechos
Sobre las 19.00h se bajan de un vehículo, en las inmediaciones del cortijo, cuatro individuos con ropa oscura, pasamontañas y guantes
Lugar en el que se bajan del vehículo
Cortijo de
las víctimas
Cuando llegan a la vivienda descubren que está vacía y aprovechan para registrarla; no encuentran nada y esperan a las víctimas escondidos en la casa
Unos 40 minutos después de llegar los asaltantes viene José, una de las víctimas, a la vivienda en su furgoneta, mientras los atacantes se encuentran escondidos
Los asaltante abordan a José y lo meten dentro de la vivienda, lo atan de pies y manos y comienzan a golpearle.
Entre 5 y 15 minutos después llega a la vivienda Carmen, la otra víctima. También la amordazan, aunque a ella no le golpean. La atan a una silla y la maniatan de espaldas a José
Durante un período no inferior a tres horas, torturan a José para que les diga dónde está el dinero que los asaltantes creen que tiene. Como no hay dinero, el enfado de los asaltantes se dispara
Acaban con la vida de José en el baño y después con la de Carmen en el mismo sitio. Luego los envuelven con ropas de cama y los introducen en la furgoneta de José. Limpian la casa con trapos, toallas y lejía y se llevan como botín un aire acondicionado portátil
Sobre las 0.00h, los asaltantes abanadonan la finca montados en los vehículos de las víctimas con los cuerpos en la furgoneta. Buscan un lugar donde deshacerse de los cadáveres
Toman dirección contraria al pueblo y hacia la montaña. Aproximadamente a un kilómetro de la finca, lanzan los cadáveres a un barranco y se dirigen a Castell
Lugar en que encontraron los cadáveres
Cortijo de
las víctimas
A la mañana siguiente un vecino localiza los cuerpos de José y Carmen y avisa a la Guardia Civil, que los encuentra semidesnudos y con evidentes signos de violencia
Oculta entre unas rocas aparece una bolsa de basura con un machete de grandes dimensiones, arma usada en la doble ejecución, un arma artesanal en forma de tubo y otro machete
Los móviles y la documentación de la pareja son hallados en otra bolsa de basura en el Castillo de Castell y los vehículos de las víctimas, en las inmediaciones de la rotonda Emilio Barranco de Castell
En unos contenedores ubicados en la entrada de la pedanía de los Casarones, en Rubite, encuentran unas sábanas y un edredón supuestamente empleados para trasladar los cadáveres
Uno de los detenidos, en situación irregular en España y con expediente de expulsión del país, llevaba una pulsera de control por violencia de género que lo sitúa en el cortijo entre las 18.52 y las 00.40 horas; en el barranco entre las 00.40 y y las 01.10; y, finalmente, sobre las 01.25 horas en el lugar donde aparecen los vehículos de la víctimas
El crimen del barranco de Los Yesos
Antecedentes
Se llevaron la furgoneta de una de las víctimas
del crimen, José y le pidieron 3.000 euros por su devolución
Dos vecinos de Castell y dos chicos magrebíes asaltan el cortijo en el que viven José y Carmen, y, tras llevarse retenido al varón a un cajero, sustraen un televisor de la vivienda
José y Carmen sufren un robo en el cortijo del que sustraen 2.000 € que estaban bajo el colchón y 700 u 800 € de la mujer, además de ropa, calzado y perfumes
Los hechos
Sobre las 19.00h se bajan de un vehículo, en las inmediaciones del cortijo, cuatro individuos con ropa oscura, pasamontañas y guantes
Cuando llegan a la vivienda descubren que está vacía y aprovechan para registrarla; no encuentran nada y esperan a las víctimas escondidos en la casa
Lugar en el que se bajan del vehículo
Cortijo de
las víctimas
Los asaltante abordan a José y lo meten dentro de la vivienda, lo atan de pies y manos y comienzan a golpearle.
Unos 40 minutos después de llegar los asaltantes viene José, una de las víctimas, a la vivienda en su furgoneta, mientras los atacantes se encuentran escondidos
Entre 5 y 15 minutos después llega a la vivienda Carmen, la otra víctima. También la amordazan, aunque a ella no le golpean. La atan a una silla y la maniatan de espaldas a José
Durante un período no inferior a tres horas, torturan a José para que les diga dónde está el dinero que los asaltantes creen que tiene. Como no hay dinero, el enfado de los asaltantes se dispara
Acaban con la vida de José en el baño y después con la de Carmen en el mismo sitio. Luego los envuelven con ropas de cama y los introducen en la furgoneta de José. Limpian la casa con trapos, toallas y lejía y se llevan como botín un aire acondicionado portátil
Sobre las 0.00h, los asaltantes abanadonan la finca montados en los vehículos de las víctimas con los cuerpos en la furgoneta. Buscan un lugar donde deshacerse de los cadáveres
Toman dirección contraria al pueblo y hacia la montaña. Aproximadamente a un kilómetro de la finca, lanzan los cadáveres a un barranco y se dirigen a Castell
Lugar en que encontraron los cadáveres
Cortijo de
las víctimas
A la mañana siguiente un vecino localiza los cuerpos de José y Carmen y avisa a la Guardia Civil, que los encuentra semidesnudos y con evidentes signos de violencia
Oculta entre unas rocas aparece una bolsa de basura con un machete de grandes dimensiones, arma usada en la doble ejecución, un arma artesanal en forma de tubo y otro machete
En unos contenedores ubicados en la entrada de la pedanía de los Casarones, en Rubite, encuentran unas sábanas y un edredón supuestamente empleados para trasladar los cadáveres
Los móviles y la documentación de la pareja son hallados en otra bolsa de basura en el Castillo de Castell y los vehículos de las víctimas, en las inmediaciones de la rotonda Emilio Barranco de Castell
Uno de los detenidos, en situación irregular en España y con expediente de expulsión del país, llevaba una pulsera de control por violencia de género que lo sitúa en el cortijo entre las 18.52 y las 00.40 horas; en el barranco entre las 00.40 y y las 01.10; y, finalmente, sobre las 01.25 horas en el lugar donde aparecen los vehículos de la víctimas
El 15 de abril, cinco días antes de su brutal ejecución, José sufrió un nuevo robo en su vivienda estando él ausente. Los ladrones sustrajeron 2.000 euros que guardaba bajo un colchón, otros 700 o 800 euros más de Carmen y ropa, calzado y perfumes de esta. Rompieron además un sillón. José sospechaba que ese último robo había sido obra de las mismas personas que desde meses atrás le tenían enfilado. Por eso acudió a la Guardia Civil de La Mamola el día 18 y lo denunció.
En su denuncia, que ha sido clave en la investigación de su brutal crimen, José desveló a los agentes esos episodios que había sufrido con anterioridad e identificaba a las personas que los habían protagonizado, totalmente ajeno a que estos ya tramaban, presuntamente, darle un nuevo ‘palo’, el del 20 de abril, en el que terminaron asesinándole a él y a Carmen.
El asalto mortal se planificó, según se desprende del sumario, el 16 de abril. Los cuatro presuntos implicados se reunieron en la casa okupa de los marroquíes y eligieron a conciencia la fecha del 20 de abril, un día entre semana, tranquilo, para el nuevo asalto. Lo iban a hacer bajo la creencia de que José podía tener una importante suma de dinero: unos 10.000 euros, con los que, según reza en una de las declaraciones de los implicados, iba a ayudar económicamente a su expareja, madre, como se ha indicado, de uno de los dos asaltantes españoles. Se barajó que el hombre pudiera incluso tener más por sus transacciones con los invernaderos; pensaron que podía poseer hasta 50.000 euros en depósito por las corridas de frutas y verduras y que estaba dispuesto a sacarlos. Pero no, José no tenía ninguna de esas dos sumas.
El día del último ‘palo’, los cuatro presuntos implicados se volvieron a ver en la casa okupa por la tarde.
Salieron de allí vestidos de oscuro, con pasamontañas y guantes. Uno de los marroquíes portaba una mochila letal: en su interior había los dos machetes enormes que se usaron para degollar a las víctimas y una pistola. Se trasladaron hasta las inmediaciones del cortijo en un coche pequeño de un conocido de los marroquíes que, según consta en la causa, les solía llevar a los sitios cuando se lo pedían. No le comentaron sus intenciones, simplemente le dijeron que «iban a desayunar» con unos familiares (el sumario especifica que con ‘desayunar’ se referían a la primera comida después del ayuno con ocasión del Ramadán).
Los cuatro asaltantes accedieron al cortijo antes de las 19.00 horas. José llegó después de la llegada de aquellos intrusos. Lo hizo en su furgoneta blanca. Fue abordado nada más bajar de su vehículo y entrar a la casa. Fue maniatado e inmovilizado en una silla. Le comenzaron a golpear una y otra vez para exigirle que les entregase el dinero. José les dijo la verdad: no tenía más que lo que llevaba: 100 euros y un billete de lotería. Le torturaron.
Carmen llegó al cortijo un poco después que José, sin imaginarse lo que estaba aconteciendo, lo que por desgracia aconteció. Fue igualmente maniatada, pero no golpeada. Llevaba 20 euros que le quitaron los asaltantes, antes de decidir arrebatarle vilmente también la vida. Primero mataron a José. Después a ella.
Los dos asesinatos se cometieron en el baño. Luego, los asaltantes envolvieron sus cuerpos semidesnudos en sábanas y una manta, y los introdujeron en la furgoneta de José.
Se calcula que los asaltantes abandonaron el cortijo sobre las 00.40 horas y que arrojaron los cuerpos por la ladera de un barranco situado a unos 500 metros de la finca, el barranco de Los Yesos. También se llevaron el coche de Carmen, que apareció aparcado al día siguiente junto a la N-340, cerca de la Rotonda Emilio Barranco de Castell, al igual que la furgoneta de José.
En este doble crimen hay un supuesto grito en el aire: «Alá es grande». Es lo que uno de los dos asaltantes españoles declaró ante la Guardia Civil que había escuchado tres veces «en árabe» tras la ejecución de José, que tildó de «auténtico sacrificio». Él, al igual que el otro español, afirmó que no quiso presenciarla y que salió de la casa porque no podía soportar lo que estaba pasando. Ambos indicaron que si no impidieron que mataran de aquel modo a las dos víctimas fue por temor a correr la misma suerte. Los dos marroquíes negaron en sus declaraciones haber lanzado esa expresión y haber sido los autores materiales de los cruentos asesinatos.
Los dos españoles se han desvinculado completamente de los crímenes y han sostenido desde el principio que solo pretendían perpetrar un robo. Los cuatro permanecen en prisión a la espera de que culmine la investigación abierta en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 1 de Motril, que mantuvo al principio secretas las actuaciones.
La denuncia que formuló José dos días antes de su asesinato fue clave para la rápida detención de los cuatro presuntos implicados. Al hijo de la expareja de José lo arrestaron al día siguiente en su casa. Al otro español se le llamó por teléfono para que se personase en dependencias policiales. Allí los agentes imputaron a ambos los primeros robos que había denunciado José y, dado que reconocieron haber estado la noche de la horrible ejecución en el cortijo, también el doble crimen.
Asimismo ayudó a los investigadores una pulsera telemática, monitorizada a través del Centro Cometa, que llevaba uno de los marroquíes por presunta violencia de género. Le habían colocado el dispositivo el 15 de septiembre de 2021 y los posicionamientos lo situaban en casa de José en los robos dos robos previos al asalto mortal, en el escenario de la doble ejecución y en el barranco por donde despeñaron los cuerpos.
A él y al otro magrebí, ambos de 26 años, en situación irregular y con orden de expulsión del país, los detuvieron también al día siguiente, a las 21.00 horas, en la vivienda que okupaban en la calle Barranquillo de Castell. Entre los delitos que les atribuyeron, aparte del doble asesinato, estaban los de robo con violencia, detención ilegal y extorsión. En un principio se barajó también el de agresión sexual, aunque la autopsia descartó restos biológicos masculinos en el interior del cuerpo de Carmen.
También, al menos a uno de ellos, se le imputó al ser detenido un delito contra la salud pública, pues los investigadores, en el registro que efectuaron en la casa okupa, en el marco de la exhaustiva investigación que llevaron a cabo, encontraron 859 gramos de hachís. Aparte, en ese clandestino domicilio, había un auténtico arsenal de armas blancas: una docena de navajas, varios cuchillos (al menos dos de caza), un revólver simulado, una caja de munición, una daga y hasta una catana japonesa.
Tras las detenciones, los investigadores realizaron una batida por las inmediaciones de la casa okupa, hallando, dentro de una bolsa de basura y ocultas entre rocas, las armas presuntamente empleadas en el doble crimen. Estaban a unos 200 metros del domicilio. La documentación y los teléfonos de las víctimas aparecieron en otra bolsa similar que había sido escondida en el Castillo de Castell.
Entre las diligencias encargadas por el juzgado a los largo de todos estos meses hay multitud de informes que arrojarán luz sobre cómo acontecieron los hechos cuando el caso llegue a juicio. En los tomos a los que ha tenido acceso este diario figuran informes sobre la inspección ocular del cortijo, sobre los vehículos de las víctimas que usaron los asaltantes, sobre las huellas encontradas y perfiles de ADN, sobre los contenidos de los teléfonos de los asaltantes, sobre las prendas y objetos hallados en el registro de la casa de la calle Barranquillo, reconocimientos fotográficos, posicionamientos minuto a minuto de la pulsera telemática…
También obra en los primeros mil folios de las actuaciones judiciales informes del Centro Penitenciario de Albolote sobre el comportamiento de los cuatro detenidos a su llegada al penal. En el caso del marroquí de la pulsera se destaca en esos documentos que mantuvo «una actitud altiva e incluso desafiante».
Su comportamiento contrastaba con el de los dos españoles, que se mostraron «muy temerosos» de compartir prisión con él y el otro magrebí, «ya que dicen haber recibido amenazas tanto para con ellos mismos como para sus familiares (…), si en algún momento testificaran en contra de ellos o los señalaran como intervinientes en los hechos». Consta además que los dos marroquíes fueron finalmente trasladados a otras cárceles andaluzas; uno fue enviado a Córdoba y el otro a Jaén.
Los investigadores no quisieron dejar ni un solo cabo suelto en sus pesquisas y consta en el sumario que el marroquí de la pulsera, presuntamente, habría comentado a terceros haber estado implicado en otros delitos de sangre en Marruecos y en Turquía, así como que solía visitar páginas de internet «sobre mafias internacionales torturando gente».
Por cierto que, en el registro de la vivienda okupa, los guardias observaron en el dormitorio de este marroquí pintadas de temas esotéricos y «una mujer» dibujada «como un demonio». Él en su declaración afirmó, no obstante, que «no es practicante ni creyente de la religión musulmana», así como negó tener «contactos o acercamientos con movimientos islamistas».
Las familias de las dos víctimas se han personado en la causa como partes perjudicadas. El secreto se levantó en junio del año pasado. Fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, Ceuta y Melilla (TSJA) indicaron a IDEAL que, a fecha 17 de marzo, la causa estaba pendiente de transformarse en un caso de jurado.
Enlace de origen : El horrible doble crimen de la parcela 173 de Los Yesos