Los linces de Granada: sin contacto con el ser humano y ‘liberados’ por los chicos del instituto

Los linces de Granada: sin contacto con el ser humano y ‘liberados’ por los chicos del instituto

Uno de los linces que soltaron este lunes en Sierra Arana. / RAMÓN L. PÉREZ

Los felinos que han soltado en la Sierra Arana han sido criados sin contacto humano para que salgan corriendo

Los chavales del instituto de Iznalloz tienen en marcha el proyecto educativo ‘Bienvenido Míster Lynx’ y este lunes acudieron a ver cómo soltaban a los cuatro linces, a los que ellos han buscado nombre. Fue un momento emocionante ver cómo los felinos salían corriendo de las jaulas con sensación de libertad, después de haber sido criados con mimo. Con mimo pero sin contacto humano, según indicaron desde el proyecto Lynxconnect. Aquí no los crían ni con biberón ni en modo salvaje. Un punto intermedio con pruebas de cómo se adaptan al monte y a buscarse la vida con la caza de conejos para comer.

Estos alumnos, el pasado 9 de febrero, le pusieron nombre a dos de los cuatro ejemplares que se se liberaron este lunes, en el paraje conocido como El Sotillo en Sierra Arana. El macho Trevélez proviene del centro de cría la Olivilla de Jaén, del que también proceden las dos hembras Tabby y Tanit. Sin embargo Tenebrio procede de un centro de Huelva.

Cuatro linces más aumentan la familia que repoblará Sierra Arana

Salir corriendo

Los alumnos del IES El Sotillo de Sierra Arana, han participado directamente en la suelta de ejemplares como actividad educativa de concienciación a la población más cercana a los nuevos núcleos de introducción. Nervios y expectación vivieron los jóvenes que incluso se emocionaron al verlos correr. Los machos, más impulsivos, salieron corriendo sin más y las hembras, inspeccionaron un poco más el territorio antes de perderse en el horizonte.

El delegado de Sostenibilidad y Medio Ambiente, Manuel Francisco García, destacó que el programa Life, hasta la fecha se dedicaba, sobre todo, a afianzar las poblaciones existentes y a crear nuevas, mientras que ahora va más allá y desde hace dos años y medio se persigue conectar ejemplares entre esos grupos de linces ya existentes, con las nuevas poblaciones o núcleos como el que se intenta que cale en Sierra Arana, para crear las llamadas ‘poblaciones intermedias’ y que se mezclen los ejemplares.

Según explicó el coordinador del proyecto, Javier Salcedo, las hembras se organizan en su territorio y los machos en el suyo, en la época de celo se buscan y después vuelven a desarrollarse por separado. Ahora esperan que los nuevos linces se aclimaten a la Sierra Arana y se encuentren a gusto para expandirse y mezclarse. Genéticamente están preparados, hay conejos suficientes para alimentarse, ahora solo hace falta que la naturaleza haga el resto.

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