Un sacristán muerto y un cura herido en un ataque yihadista contra varias iglesias de Algeciras

Un sacristán ha muerto y un cura ha resultado herido de gravedad y, al menos, otras cuatro personas presentan lesiones de menor entidad en dos ataques a dos iglesias de Algeciras, en Cádiz, que, según todas las fuentes, tienen tintes yihadistas. De hecho, el Juzgado de Instrucción 6 de la Audiencia Nacional, tribunal competente para los delitos de terrorismo, se ha hecho cargo ya del caso. Por el momento una persona, de origen magrebí, ha sido detenida como único responsable de los dos atentados.

El fallecido es Diego Valencia, sacristán de la iglesia de La Palma y el herido es el padre Antonio Rodríguez, párroco de la capilla de San Isidro. Este último ha recibido una puñalada y se encuentra en estado grave en el hospital.

El ataque mortal de la iglesia de La Palma, el segundo de los atentados cronológicamente, ha tenido lugar sobre las 20:00 horas. El hombre entró al grito de ‘Alá es grande’ en el templo cuando estaba finalizando la eucaristía sobre las 19:30. La recorrió tirando al suelo con el machete imágenes, cruces y velas, incluso subiendo al altar mayor del templo.

En ese momento el sacristán Valencia se le acercó para pedirle que abandonara la iglesia. El sospechoso se negó y le increpó. Cuando el magrebí salía por la sacristía amenazó a dos mujeres. De nuevo, el fallecido le instó a marcharse, momento en el que el asesino comenzó a perseguirle. Cuando dio alcance al religioso en la cercana Plaza Alta, tras caer, el agresor le apuñaló al tiempo que le golpeaba la cabeza.

Tras el asesinato del sacristán varios transeúntes resultaron heridos por cortes al tratar de detenerle. Finalmente fue la policía local de Algeciras el que logró reducir al individuo.

Antes del asesinato de Diego Valencia, este mismo hombre había dejado malherido con un corte en el cuello al párroco de la cercana capilla de San Isidro, distante apenas a tres minutos a pie de la iglesia de La Palma. Allí, sobre las 19:30 horas, también irrumpió dando golpes a las imágenes sagradas con el machete de grandes dimensiones y se enfrentó al religioso cuando este intentó echarle del templo. Al final, acabó apuñalándole en el cuello.